Ayer fue uno de esos días en los que te decides por buscar nuevos sitios para surfear. Esto con compañía siempre se lleva mejor. Madrugón, vista a las condiciones de los spots cercanos y como no eran convincentes surge la pregunta ¿vamos a investigar a ver si encontramos algo por ahi?
Lo primero decidir la zona, oriente u occidente... Todo un debate, pero al final nos decidimos por el occidente. Nada de autopistas, parada en cada resquicio de costa, investigación, suposiciones sobre mareas, condiciones, vientos... Y siguiente playa, siguiente acantilado, siguiente lastra.
De repente, en una playa parece estar bien... pero viene la serie y nos advierte de que no va a ser un baño cómodo, y que la mayoría de las olas no abren. Vuelta al coche, vuelta a la carretera. Siguiente ola.
Vas en el coche, empieza a surgir el debate, "alguien me dijo que en ese pueblo salía una buena"... "¿cuanta mar necesita?... El ansia por bañarse va aumentando, y a la vez sabemos que perder un día buscando puede dar su fruto.
Y como sin querer, desde un mirador, vemos una buena, un tubo, y otro, y otro, y sifón. El corazón se acelera, corriendo para allá sin mirar atrás.
El resto lo conocemos todos, poner el traje y para el agua.
Sólo quería transmitiros que el surfing no es sólo eso, y que a veces es madrugar, otras frío, en ocasiones investigar... pero siempre tiene algo, y eso es motivación. Si esta motivación es compartida, el surfing te dará momentos que otros deportes no pueden ni imaginarse. Y por supuesto, tras el baño al pueblo más cercano a buscar donde tomar algo y comentar la sesión.
Ayer volvimos a casa con una sonrisa en la cara, que quizás también hubiésemos traído sin bañarnos, sólo por el mero hecho de buscar junto a tus amigos, otra parte del surfing.
Etiquetas: historias, NUESTROS SURFERS